El implante dental se fusiona con el hueso mandibular, proporcionando un soporte estable para los dientes artificiales. Las prótesis y los puentes colocados sobre los implantes no se deslizan ni se corren en la boca, lo cual es una ventaja especialmente importante para la masticación y el habla. Esta adaptación ayuda a que las prótesis y los puentes (así como las coronas individuales colocadas sobre los implantes dentales) se sientan más naturales que los convencionales.
Para algunas personas, los puentes o prótesis comunes resultan incómodos porque les producen irritaciones, tienen bordes demasiado estrechos o provocan nauseas. Además, los puentes tradicionales deben sujetarse a los dientes de ambos lados del espacio vacío. Una ventaja de los implantes dentales es que no es necesario desgastar los dientes adyacentes para que sostengan a los dientes de reemplazo.
Para recibir implantes dentales, es necesario tener encías sanas y hueso adecuado para que soporte el implante dental. El paciente además debe asumir el compromiso de mantener sanas estas estructuras. La higiene bucal meticulosa y las visitas regulares al dentista son esenciales para que los implantes dentales sean exitosos a largo plazo.
Para aquellos a quienes les faltan uno o más dientes, el efecto cosmético de un implante dental es casi imbatible. Los implantes dentales funcionan igual que un diente normal, y un implante exitoso es casi imperceptible. Siempre es importante, sin embargo, asegúrese de que entiende todos los aspectos variados de una cirugía bucal, y los implantes dentales no son diferentes. Una de las principales cosas a tener en cuenta es la posibilidad de necesitar un injerto de hueso para implantes dentales.
Un implante dental tiene básicamente dos piezas: un cilindro de metal que se coloca en el hueso de la mandíbula y que funciona como la raíz del diente y un pilar se que atornilla en la primera pieza. Luego se coloca una corona sobre el pilar, creando la apariencia de un diente.
Según la Asociación Americana de cirujanos Bucales y maxilofaciales (AAOMS), el cirujano bucal debe explicarle a usted acerca de someterse a un injerto de hueso para implantes dentales, si el cirujano cree que el hueso de la mandíbula es demasiado delgado o suave para mantener el implante en su lugar en ese estado actual. Si el hueso no puede soportar el implante, entonces, esto puede causar que la cirugía de implante falle.
En un procedimiento de injerto de hueso, el cirujano obtendrá una sección de hueso de otra zona de su cuerpo, o – como suele ser el caso – usar un hueso de material especial para el injerto, e injertarlo en el hueso maxilar. Luego tiene que esperar, probablemente varios meses, mientras que el injerto crea hueso nuevo y suficientemente fuerte, para asegurarse de que el implante sea estable y seguro. Es posible que sólo se necesite un injerto menor, y que el procedimiento pueda realizarse al mismo tiempo que la cirugía de implante, pero el odontólogo tomará la decisión final. Un injerto de hueso éxito permite a su hueso de la mandíbula ser lo suficientemente fuerte para soportar el implante dental.
Una vez que el injerto de hueso se ha realizado, se puede continuar el resto de la cirugía de implante. Como con cualquier otro procedimiento quirúrgico, es importante discutir su historial médico personal y todos los riesgos y beneficios de la cirugía con su especialista dental. Una vez que su médico decide que usted es un buen candidato para el procedimiento, usted puede esperar a lucir una nueva sonrisa.