¡Bienvenido a nuestra sección de
preguntas frecuentes!

Sabemos que tener información clara y precisa es clave para tomar decisiones informadas sobre tu salud dental. Aquí hemos reunido las respuestas a las preguntas que más recibimos en nuestra clínica, desde los detalles sobre tratamientos hasta recomendaciones para el cuidado de tu sonrisa.Â

Te invitamos a explorar esta sección en la que hemos recopilados las 10 preguntas que más nos hacen en la consulta y aclarar cualquier duda que puedas tener antes de tu próxima visita.

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Preguntas frecuentes

Preguntas frecuentes sobre implantes dentales

No, el procedimiento se realiza bajo anestesia local, por lo que no debería doler durante la colocación. Después de la cirugía, es posible que sientas molestias o inflamación, pero esto suele manejarse bien con analgésicos y antiinflamatorios.

Con buenos cuidados e higiene oral, un implante dental puede durar toda la vida. Sin embargo, la salud general, la calidad ósea y el mantenimiento adecuado pueden influir en su longevidad.

Desde la colocación del implante hasta la corona definitiva, el proceso puede durar entre 3 y 6 meses, ya que el implante necesita tiempo para integrarse con el hueso. Sin embargo, en algunos casos especiales, puede haber opciones más rápidas.

En algunos casos, se puede realizar un "implante inmediato" justo después de la extracción si el hueso y las encías están en buen estado. Sin embargo, la decisión depende de cada caso específico y del diagnóstico que se haga mediante estudios de imágenes.

El riesgo de rechazo es mínimo porque el titanio es un material biocompatible. Sin embargo, algunos factores, como el tabaquismo, la mala higiene bucal o ciertas enfermedades, pueden influir en el éxito del implante.

Si el hueso no es lo suficientemente denso o no hay suficiente volumen óseo, puede ser necesario un injerto para asegurar una base sólida para el implante. Esto se evalúa mediante radiografías o una tomografía antes de la cirugía.

Después de la cirugía, debes evitar alimentos duros, no fumar, mantener una buena higiene y seguir las indicaciones postoperatorias que te dé el dentista. Los primeros días son importantes para asegurar una buena cicatrización.

Sí, después de que el implante esté completamente integrado y la corona colocada, podrás comer con normalidad. Los implantes están diseñados para funcionar igual que un diente natural y son muy resistentes.

Los implantes dentales tienen una tasa de éxito del 95% al 98%, especialmente cuando se colocan en pacientes con buena salud y que siguen las indicaciones del especialista. La buena higiene bucal y el control periódico son claves para mantener ese éxito a largo plazo.

Nuestro presupuesto abarca la totalidad del tratamiento, desglosando claramente los costos de cada una de las fases, tanto quirúrgica como de rehabilitación. Esto permite al paciente tener una visión clara del proceso completo, sin gastos inesperados.

Una de las maneras de reducir el costo del tratamiento de implantes dentales es mediante una planificación exhaustiva. Al coordinar todas las fases del tratamiento de manera eficiente, se pueden minimizar costos adicionales como los relacionados con el uso de quirófanos y evitar procedimientos innecesarios, lo que optimiza tanto el tiempo como el presupuesto.

Puedes saber más sobre el tratamiento de implantes dentales en nuestra página dedicada a este tratamiento

Preguntas frecuentes sobre injertos óseos

El hueso puede provenir de distintas fuentes: del propio paciente (injerto autógeno), de un banco de huesos (hueso alógeno), o de materiales sintéticos o de origen animal. La elección depende de la cantidad de hueso necesario y de las características específicas de cada caso.

Durante el procedimiento, se utiliza anestesia local, por lo que no deberías sentir dolor. Después del injerto, podrías experimentar algo de incomodidad o inflamación en el área, que generalmente se controla bien con analgésicos y antiinflamatorios.

El tiempo de cicatrización suele variar, pero generalmente toma entre 4 y 6 meses para que el injerto se integre completamente al hueso existente. Solo entonces será posible colocar el implante de manera segura.

Sin el volumen óseo adecuado, el implante puede no tener una base suficientemente estable, lo que aumenta el riesgo de fracaso. El injerto óseo ayuda a asegurar que el implante sea duradero y estable.

Aunque el riesgo de rechazo es bajo, existe la posibilidad de infección, desplazamiento del injerto o falta de integración ósea. Mantener una buena higiene y seguir las instrucciones del dentista minimiza estos riesgos.

Es importante evitar alimentos duros, no fumar, mantener una buena higiene oral y evitar manipular el área tratada. Estos cuidados ayudan a que el injerto cicatrice correctamente y a evitar complicaciones.

Generalmente, puedes retomar tus actividades al día siguiente, aunque es mejor evitar esfuerzos físicos intensos durante los primeros días. Esto ayuda a reducir la hinchazón y el sangrado.

En algunos casos, el injerto óseo puede mejorar la estructura facial, especialmente si la pérdida ósea ha afectado la estética del rostro. Sin embargo, el cambio suele ser sutil y natural.

La tasa de éxito de un injerto óseo es alta, en torno al 90-95%, especialmente si el paciente sigue las indicaciones del especialista y mantiene buenos cuidados postoperatorios.

Puedes saber más sobre el tratamiento de implantes dentales en nuestra página dedicada a este tratamiento

Preguntas frecuentes sobre rehabilitación oral

La rehabilitación oral puede incluir coronas, puentes, carillas, implantes, prótesis removibles y tratamientos de ortodoncia, según las necesidades del paciente. Estos tratamientos trabajan juntos para recuperar tanto la estética como la función de la dentadura.

La duración varía según la complejidad del caso y los procedimientos necesarios. Algunos tratamientos pueden completarse en pocas semanas, mientras que otros, como los implantes, pueden requerir varios meses para asegurar la integración adecuada.

No debería ser doloroso. Durante los procedimientos se utiliza anestesia local, y en casos complejos se pueden usar sedación o anestesia general. Tras los tratamientos, es normal sentir algo de sensibilidad, pero suele ser manejable con analgésicos.

Los resultados incluyen una mejor función masticatoria, una mordida equilibrada y una sonrisa estéticamente agradable. Además de mejorar la apariencia, una rehabilitación oral adecuada también protege la salud general de la boca.

Se utilizan materiales como porcelana, zirconio, resina compuesta y aleaciones de metal. La elección depende de la ubicación del diente, la estética deseada y el presupuesto del paciente. La porcelana y el zirconio son conocidos por su durabilidad y apariencia natural.

El costo varía significativamente según el número de dientes a restaurar, los materiales elegidos y la complejidad del caso. Tras una evaluación, el dentista puede proporcionar un plan de tratamiento personalizado con un presupuesto detallado.

La durabilidad depende del material y del cuidado que se le dé. Con una buena higiene oral y visitas regulares al dentista, las restauraciones pueden durar de 10 a 15 años o más, especialmente las hechas de materiales duraderos como la porcelana y el zirconio.

La mayoría de las restauraciones solo requieren una buena higiene oral diaria (cepillado, uso de hilo dental y enjuague). Sin embargo, si rechinas los dientes, puede ser necesario usar una férula de descarga para proteger las restauraciones.

La mayoría de las personas son candidatas para la rehabilitación oral, pero es importante evaluar la salud general y oral de cada paciente. Los fumadores o personas con ciertas condiciones médicas pueden necesitar cuidados adicionales o ajustes en el plan de tratamiento.

Puedes saber más sobre la rehabilitación oral en nuestra página dedicada a este tratamiento

Preguntas frecuentes sobre periodoncia

La gingivitis es la inflamación de las encías y es reversible con una buena higiene bucal y limpieza profesional. La periodontitis es una forma más avanzada que afecta no solo las encías sino también el hueso que sostiene los dientes, y puede llevar a la pérdida de dientes si no se trata adecuadamente.

Los síntomas incluyen encías enrojecidas o inflamadas, sangrado al cepillarse o usar hilo dental, mal aliento persistente, retracción de las encías y, en casos avanzados, movilidad de los dientes.

El tratamiento de la periodontitis suele comenzar con una limpieza profunda llamada raspado y alisado radicular, que elimina la placa y el sarro acumulados bajo la línea de las encías. En casos severos, pueden ser necesarios procedimientos quirúrgicos o regenerativos.

Sí, la enfermedad periodontal se ha relacionado con problemas de salud como enfermedades cardíacas, diabetes y complicaciones en el embarazo. Mantener una buena salud periodontal ayuda a reducir el riesgo de estas complicaciones.

En algunos casos, existen procedimientos de regeneración ósea que pueden ayudar a restaurar parte del hueso perdido. Esto depende de la severidad del caso y de la respuesta del cuerpo al tratamiento.

La prevención se basa en una buena higiene oral diaria (cepillado, hilo dental y enjuague bucal) y visitas regulares al dentista para limpiezas y chequeos. Evitar el tabaco también reduce significativamente el riesgo.

Durante los procedimientos de raspado y alisado radicular se utiliza anestesia local, por lo que no deberías sentir dolor. Después del tratamiento, puede haber algo de sensibilidad o incomodidad, que generalmente se controla con analgésicos.

Existe una predisposición genética que puede aumentar el riesgo de desarrollar enfermedad periodontal. Sin embargo, factores como la higiene oral, el tabaquismo y ciertas condiciones médicas son determinantes en su aparición.

Esto depende de cada caso. Para pacientes con periodontitis, puede ser recomendable realizar una limpieza cada 3 o 4 meses para controlar la enfermedad y evitar que progrese. El dentista determinará la frecuencia ideal para cada paciente.

Puedes saber más sobre periodoncia o enfermedad de las encías en nuestra página dedicada a este tratamiento

Preguntas frecuentes sobre endodoncia

Durante el procedimiento se usa anestesia local, por lo que no deberías sentir dolor. En realidad, este tratamiento alivia el dolor que causa la infección o inflamación de la pulpa. Tras el procedimiento, es posible sentir algo de sensibilidad, pero se maneja bien con analgésicos.

La duración depende de cada caso, pero generalmente el tratamiento de conducto se puede completar en una o dos sesiones de aproximadamente 60 a 90 minutos cada una. En casos complejos, podría requerir una sesión adicional.

Si no se trata, la infección puede avanzar, afectando el hueso que sostiene el diente y hasta formando un absceso, lo que puede causar más dolor y la pérdida del diente. También puede complicarse y afectar otras partes del cuerpo.

Con una restauración adecuada (como una corona) y una buena higiene oral, el diente tratado puede durar muchos años o incluso toda la vida. Sin embargo, el diente es más frágil que uno vital, por lo que protegerlo es clave.

En la mayoría de los casos, sí. Al ser más frágil, el diente tratado con endodoncia puede necesitar una corona para protegerlo de fracturas y darle estabilidad, especialmente en dientes posteriores que soportan mayor presión al masticar.

Los síntomas comunes incluyen dolor persistente, sensibilidad prolongada al calor o frío, inflamación de las encías alrededor del diente afectado, dolor al morder y, en algunos casos, decoloración del diente.

Aunque la endodoncia tiene una alta tasa de éxito, en algunos casos puede ser necesario repetir el tratamiento si la infección persiste o si el diente presenta una fractura. La buena higiene y el control dental ayudan a prevenir problemas posteriores.

Después del tratamiento, debes evitar masticar alimentos duros con el diente tratado hasta que esté completamente restaurado. Mantén una buena higiene bucal y sigue las indicaciones del dentista para facilitar la recuperación.

Después de un tratamiento de conducto, es importante seguir ciertos cuidados para asegurar una recuperación adecuada y proteger el diente tratado. Aquí tienes algunos de los principales:

  1. Evita masticar con el diente tratado: Durante los primeros días, evita masticar o aplicar presión sobre el diente que recibió el tratamiento. Esto previene daños antes de que el diente esté completamente restaurado (especialmente si necesitas una corona).
  2. Mantén una buena higiene bucal: Cepilla tus dientes suavemente y usa hilo dental, pero evita ejercer demasiada presión en la zona tratada. La limpieza ayuda a prevenir infecciones y a mantener la zona libre de bacterias.
  3. Evita alimentos duros o pegajosos: Durante al menos una semana, evita masticar alimentos duros, pegajosos o muy crujientes, ya que podrían dañar el diente tratado o aflojar la restauración provisional (si es que te la colocaron).
  4. Toma los medicamentos recetados: Si el dentista te ha recetado analgésicos o antibióticos, sigue las instrucciones para controlar el dolor y prevenir infecciones.
  5. Aplica frío en caso de hinchazón: Si sientes inflamación o molestias, aplicar una bolsa de hielo o compresa fría en la mejilla, en intervalos de 10-15 minutos, puede reducir la hinchazón.
  6. Descansa y evita el ejercicio intenso: Las primeras 24 horas es mejor que descanses y evites actividades físicas intensas que puedan aumentar el flujo sanguíneo y provocar dolor o hinchazón en el área tratada.
  7. Sigue las citas de control: Es importante acudir a tus citas de control para que el dentista verifique la cicatrización y, si es necesario, coloque la restauración definitiva, como una corona, para proteger el diente tratado.

Estos cuidados ayudan a que el tratamiento sea efectivo y a proteger el diente a largo plazo.

Puedes saber más sobre endodoncia o tratamiento conducto en nuestra página dedicada a este tratamiento

Preguntas frecuentes sobre muelas de juicio

No siempre. Si las muelas están sanas, tienen espacio suficiente y no causan molestias, no es necesario extraerlas. Sin embargo, si están impactadas, provocan dolor o dañan otros dientes, se recomienda su extracción.

Los síntomas incluyen dolor en la parte posterior de la mandíbula, inflamación de las encías, dificultad para abrir la boca, mal aliento y, en algunos casos, fiebre o infección si hay acumulación de bacterias.

La extracción se realiza bajo anestesia local, por lo que no deberías sentir dolor durante el procedimiento. Después, es común experimentar algo de hinchazón y molestias, que se manejan bien con analgésicos y cuidados postoperatorios.

La recuperación inicial suele tomar de 3 a 5 días, durante los cuales pueden haber hinchazón y molestias. La cicatrización completa de la zona puede tardar unas semanas, pero la mayoría de los pacientes pueden volver a sus actividades normales al cabo de unos días.

Después de la extracción, es importante evitar alimentos duros, no fumar, hacer enjuagues suaves con agua salada, no beber con sorbete y descansar adecuadamente. Estos cuidados ayudan a prevenir complicaciones como la alveolitis.

La alveolitis seca es una complicación dolorosa que ocurre cuando el coágulo de sangre se desaloja de la cavidad dental, exponiendo el hueso y los nervios. Para prevenirla, evita fumar, beber con sorbete y enjuagarte la boca con demasiada fuerza durante los primeros días después de la extracción.

Sí, es normal que haya algo de hinchazón después de la extracción. Aplicar compresas frías en la zona durante las primeras 24 horas ayuda a reducir la inflamación. Después, las compresas tibias pueden ayudar a aliviar el dolor y la rigidez.

Durante los primeros días, es recomendable consumir alimentos blandos y fríos, como yogur, puré de papas, sopas suaves (frías) y jugos. Evita alimentos duros, calientes o picantes que puedan irritar la zona tratada.

Puedes cepillarte los dientes al día siguiente de la extracción, pero evita cepillar la zona de la extracción directamente y hazlo con suavidad para no irritar el área.

Puedes saber más sobre las muelas del juicio o terceros molares en nuestra página dedicada a este tratamiento

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